domingo, 2 de agosto de 2009

No-puede-ser


howling howling howling
Llegamos a tiempo y los tres nos sentamos en la última fila, por suerte algunos no se habían dado cuenta de la condición de Adrián, sólo esperaba que el vampiro se mantuviera a raya, que no me topara con mi familia y que la convención terminara rápido. Lamentablemente mis plegarias no fueron escuchadas.
-Hanna-reconocía esa voz, la de mi hermano reprochándome. Lo miré seria y molesta. Este se sorprendió por mi expresión.
-Qué pasa Fario-dije en el mismo tono de mi cara.
-No te irrites niña insensata, ¿como se te ocurre traer un vampiro al tribunal?-me regañó.
-Lo que haga o no, no te tiene que importar-dije aún más irritada, crucé los brazos en muestra de eso.-Si no tienes nada mejor que regañar a tu hermana por estupideces ándate- dije tajante, era primera vez que me enfrentaba tan... ¿valiente? a Fario y al ver que se iba la satisfacción hundió mi ser y me dio fuerza para enfrentar el par de sonsos que tenía por hermanos.
-Eso no fue muy educado ni fraternal- susurró Adrián.
-Cállate que si fueras yo ya los hubieras matado-dije si sacar mi mirada de el Master Gao.
-Oye, estorbito ¿no se habrá equivocado al enviarte la invitación para que asistieras?- a mi lado se paro mi otro hermano.
-Anda a joder a otro Teo-era mi hermano más "cercano".
-Ah! Vaya, ¿te haz revelado zarigüeya?-dijo acercándose a mi. Empuñé mi daga pero no me moví.- ¡Ah! ¡Pero miren! ¡Ahora tienes un vampiro para que te chupe la sangre! o para que te dé duro, ya sabía que no eras digna de nuestra familia- eso derramó toda mi paciencia, me paré y le puse la daga al cuello, pero al darme cuenta que todo estaba en blanco y negro me irritó más.
- ¡Chris saca el hechizo!-grité más que irritada.
-No hasta que te tranquilices, estamos en pleno tribunal y tu saca tu daga para intentar matar a tu propio hermano.- me dijo él tomándome con fuerza la mano de la daga.
- ¡Preferiría ser huérfana antes de tenerlos como hermanos!- eso me salió del alma- ¿Qué se cree? No las sacará gratis, ya verá-dije guardando la daga y sentándome en la butaca, Adrián estaba más que confundido.-Saca el pu** hechizo-
-No me dirás nada?-dijo Teo, me reí en su cara tan cerca estuve de matarlo, pero Chris es demasiado bondadoso.-Te causa gracia que esté en lo cierto?-
-Me causa gracia tu estupidez, cabeza de músculo-dije más tranquilizada. De tan sólo estar enojado empuñó su daga y me la puso al cuello, yo no me moví y sonreí. Al ver mi falta de interés Teo me dejó un corte en el rostro.
-Ya veremos como te va con eso-dijo con el seño fruncido y miró a Adrián y mi sangre que corría por la mejilla.
-Señor Teo Kauff- la vieja pero sonora voz del Master Gao resonó en todo el tribunal y todos los presentes se giraron para verlo este escondió su daga rápidamente. Se arrodilló en el piso e hizo una reverencia a Gao.
-Master Gao, me honra-dijo sonriente.
-Yo no lo honro señor...-su voz era típica de un viejo cansado temblorosa y cortada-... usted ha dañado a su propia hermana, sin mencionar que la ha insultado- ese viejo era un zorro, me levanté ya con la mejilla limpia hice la respectiva reverencia y defendí a mi hermano.
-No se preocupe Master, es sólo un ajuste de cuentas tras una apuesta-inventé, Teo me quedó mirando y todo el tribunal quedó en silencio.
-Es cierto eso Señor Kauff?-dijo con vista altanera, pero como ya dije era un viejo zorro.
-Efectivamente Maestro-dijo mirando el piso luego se levantó a mi lado- Mis disculpas por el alboroto-el viejo asintió y Teo se fue a su asiento, yo me iba a sentar cuando el master me habló nuevamente.
-Señorita Kauff- me paré nuevamente con la vista más aguda que pude demostrar, solté mi esposa y se la pasé a Chris.
-Master Gao-respondí con sumo respeto.
-Por favor acérquese-eso me tomó por sorpresa, asentí con la cabeza y corrí hasta él para quedar frente a él y arrodillada.-Levántese por favor- hice caso de inmediato, unos metros más allá estaba Edot con su traje de consulado que me miraba curioso.
-Señor, estoy a su merced-dije. Él me tomó del brazo y me tiró para que quedara a su lado.
-La señorita Hanna Kauff- dijo mirando a todos los presentes, pero el tono en que lo decía ese tono de anuncio, no me agradaba en absoluto-Cazadora y Mercenaria directa mía, es quien he elegido cómo mi sucesora-
El cuerpo se me tensó completo y quedé sin aire, todos me miraban atónitos después del numerito con mi hermano y bien esta decirlo todos mis hermanos estaba con la boca abierta. Me giré hacia el master.
-Master, me halaga pero yo no acepto el cargo- dije rápidamente, se escuchó la expectación general, todos quería el puesto y la única idiota elegida lo rechazaba- Yo no soy apta para el cargo, no soy muy experimentada, la política se me da mal y además rompo las reglas de l consejo con frecuencia! Elija a cualquiera de mis hermanos para esto, por que ellos están mucho más capacitados que yo para esto- dije susurrando un permiso, me dirigía a mi asiento pero Gao con una sonrisa en el rostro me tomó del cuello de la blusa y me arrastró hasta su lado.
-Master Kauff- ¡no me gustó para nada eso!- nadie en esta sala tiene lo que usted...-
-¿Tres demonios viviendo en su casa y otro cuarto como mascota?-dije para inculparme, quería demostrar que no era la mejor carta, al puesto de Master le tenía miedo, el viejo sonrió de nuevo, parecía divertido.
-A parte de eso, usted tiene un corazón innovador- no entendí y se lo dejé en claro con la mirada-Un corazón que no busca guerras busca paz, una alianza entre Cazadores y demonios-lo miré sorprendida.
-Eso es una utopía- reclamó mi padre, vestido con una lúgubre capa negra- Siglos hemos intentado que esas bestias concilien una vida sin sangre pero eso les da vida y es su razón de vivir y morir, por eso nacimos los cazadores para proteger a humanos inocentes de ser víctimas de su depredación diabólica-
-No todos los demonios son así!- dije colmada- Los demonios son tal y como humanos!-afirmé, todo el tribunal estalló en risas excepto Gao, Edot, Chris, Adrián y mi padre quien me miraba severamente.- Ríanse ustedes insensatos, pero yo lo sé y lo he visto, he visto el mundo en que viven esas criaturas...!!-
-¡Criaturas! Hanna no deshonres a la familia diciendo que esas bestias son criaturas-dijo mi padre sin atreverse a llamarme hija.
-¡Padre! Las únicas bestias que yo veo son los humanos como tú, insensatos y cerrados de mente y corazón- ya había dado rienda suelta a mis pensamientos y dejaría bien en claro mis principios a pesar de que los idiotas se rieran de mí.- Yo he estado allí abajo donde los demonios son criados desde sus inicios con odio y rencor hacia los humanos, a los cazadores por exterminarlos; pero también he visto por experiencia propia, cómo se puede criar a un par de gemelos demonios para ser iguales o mejores que los humanos, ellos tienen un gran sentido de la ética, ayudan en lo que pueden y protegen a los suyos, a la vez de ser fuertes y tener un gran potencial destructivo como se los demanda su naturaleza; también tienen un gran sentido de la amabilidad y el afecto que les controla y ayuda- mi respiración estaba agitada. Atrás de mí escuché unos aplausos, me giré y vi al master Gao aplaudiéndome con una sonrisa amable. Todos quedó en silencio, Chris también se paró y aplaudió junto con Adrián.
-Es la compasión y la esperanza lo que te hace fuerte, a diferencia de esta horda de cazadores que los utiliza como debilidad-dijo sonriente- Es por eso que no podría ser nadie más que tú quien revoluciones esta orden-
-Me niego-dije tensa- Me halagan su palabras pero no estoy lista, ni dispuesta, a asumir tal responsabilidad- él sonrió para sí y me miró con cariño.
-Sabía que una de las posibilidades era esa, era la más obvia dentro de todo, tu alma es libre y no la puedo manchar con sucia política vieja como el engendro que vez en frente- dijo Gao.
-Señor no busco ofenderlo, pero la política y el encierro no es lo mío, reitero que dentro de mis hermanos es Edot el más indicado para el cargo-
-Entiendo, yo también me he dado cuenta de eso, Señor Edot Kauff-dijo el viejo mi hermano se paró con los ojos abiertos como platos, sorprendido por mis palabras y las del Master.
-Master Gao...-debo aceptarlo al único de mi hermanos que le debo respeto es a Edot, él me enseñó lo que sé y además era el único que (aun que a mala gana fuera) ayudó en mis primeras cacerías.
-Por petición de su hermana menor, usted a sido elegido para ser quien me reemplace, espero gobierne con sensatez y corazón, tal y como lo hubiera hecho su fraterna, de no ser por que es tan terca como una puerta- dijo entre risas Gao, yo sólo me limité a sonreírle a mi hermano mientras le pasaba el báculo característico del master. Luego Gao se volvió a mi lado y me empujó hacia mi hermano.
-No sean fríos y abrácense como hermanos que son- dijo, por mi no abría problemas pero sabía que era un estorbo para Edot; pero me sorprendió que él fuera el que me abrasó, no parecía un abraso obligado sólo por deleitar a Gao, era un auténtico abraso de hermano mayor sonreí y lo abracé.
-Gracias Hanna, ¿sabías que quería esto?-preguntó en mi oído.
-Gracias por no reírte de mi, Feliz cumpleaños-me limité a decir, pues era cierto ese día era su cumpleños. El me apretó más fuerte luego nos separamos y puso su manota en mi cabeza.
-Eres una caja de sorpresas Han... hermana-dijo con una sonrisa mientras me despeinaba cariñosamente, sonreí me volví hacia las tribunas y me adelanté levantando los brazos.
-Larga vida al Master Edot!!!-grité, todos los presentes se levantaron y aplaudieron euforicamente. Luego en medio de todo el alboroto, decidí no despedirme de ellos y me dirigí a mi asiento tome de la mano a Adrián y a Chris y los llevé hasta la salida.
-Nos vamos a casa- dije caminando hacia adelante.-Iván tendrá que curarme el corte y Adrián tendrá que bañarse, mientras que tú Chris tendrás que ir a elegir tu habitación- decía intentando distraerme, pues el sentir que al menos uno de mis hermanos me quería, me daban ganas de llorar de alegría. Tomé el móvil y marqué rápidamente al salir del portal.
-Iván ven a buscarnos, tenemos dos huéspedes más-dije con una sonrisa y con las lágrimas al borde de caer.-Te dije que no debía ir, además ni alcancé a pedir vacaciones-

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