viernes, 31 de julio de 2009

Irreal



-Por favor suban todos al autobus que ya nos vamos!- gritaba el presidente de curso, hasta entonces no había hablado ocn nadie, además mis planes para el viaje era dormirlo completo por que no había dormido nada estudiando mi misión.
- ¿Tienes con quien sentarte?- me preguntó Leo. Sacandome de mi sonambulismo- Vaya que cara! No dormiste nada anoche eh?-dijo medio bromeando y medio preocupado.
- Es que todabía no me despierto...- mentí- y no, pensaba irme al fondo. Pero veo que el reinado de plasticas se tomó el lugar- detallé al subir al bus.
- ¿Nos vamos juntos?- preguntó animado.
- No prometo diverción- advertí, él se rió y me sedió la ventana.-Anda tu a la ventana, creo que la disfrutarás más que yo- le dije el aceptó y se sentó luego yo a su lado.
-Será un gran fin de semana ¿No crees?- me preguntó, "Sí claro, tendré que llevar una doble vida y no dormir nada, pues de día estaré con ustedes y de noche estaré con la pistola en la mano en persecución de microtraficantes"pensé no muy animada.
-Sí, lo será- respondí sin mucha emoción. Cerré los ojos y suspiré.
- Leo, no quieres irte con nosotras?- era la chillona voz de Helena- pues veo que la extrangera no te hará mucha fiesta- no abrí los ojos escuché atentamente.
- Joshua- corrigió él- y no, estoy bien aquí-respondió. Debería haber abierto los ojos para ver la expresión de Helena, pero decidí no darme ese deleite, por más tentador que fuera. Cuando ya el sonido de sus tacones dejaron de golpear las latas del camino del bus abri los ojos. Con una sonrisa estampada en el rostro.
-Podrías irte con ella, digamos que yo planeaba dormir en le viaje y no deseo que te aburras- le dije, aun que ya se lo había planteado al subir al bus.
- Es mejor estar sólo que mal acompañado- dijo serio, pero luego me dió un sonrisa.- Además si quieres puedes apoyarte en mi hombro si quieres dormir, pues se te nota que no haz dormido nada-
-Gracias, lamento aburrirte tanto-me abroché el cinturón del bus, tanteé el mango de mi arma dentro de mi bota escondida bajo unos pantalosnes pata de elefante, y me acomodé en el cálido hombro de Leo.
-Dulces sueños Josh- susurró cariñosamente. En poco tiempo y apesar de la bulla, me quedé dormida inundada en el peculiar y agradable olor de Leo.



Era increíble la facilidad que ella tenía para dormirse, nos habíamos sentado detrás del conductor y ella me había sedido la ventana. Pero poco fue lo que vi el paisaje, más bien, veía la cara de Joshua, con sus cristales marron cerrados por una perciana de terciopelo, claro si mis amigo oyeran mis pensamientos me trararían de enffermo cursi, pero tengo que ser sincero conmigo mismo, desde que la vi, cuando casi le dá una pelota y pidió jugar con nosotros, sentí que ella no era igual que las aburridas chicas del colegio, que se rehusaban a cualquier actividad que no se relacionara con salones de belleza.
Ella parecía tan natural y tan abierta con su personalidad, pero ayer había despertado completamente mmi curiosidad cuando no me quizo decir a que se dedicaba; para ser sincero tengo alguna especulaciones especialmente por lo que me ha dicho mi padre la noche anterior.

-Papá, mañana tengo un paseo de curso- le dije, él recién había llegado del trabajo vestía su trage azulino oscuro con el pecho lleno de condecoraciones de honor, él era uno de los generales de una orgnización espaciliszada y secreta, me lo había dicho hace dos años confiando en mi palabra de hombre, y no se lo había dicho a nadie.
-Otro más?-dijo cansado.
-Qué?- pregunté, pues yo era hijo único y no concevía el "otro más"
-Ah! no, nada... A donde es?-me preguntó, le pasé la colilla de comunicación para que la firmara. Este al verla abrió de sobremanera los ojos, luego sacó el boligrafo y firmó el papel devolviendomelo.
-Pasó algo malo?- pregunté al ver su expresión.
-No- respondió automáticamente- Jugarán con pistolas de balines?- preguntó, eso me sorprendió, yo nunca le había dicho nada sobre nuestros juegos con pistolas, supuce que algun apoderado se lo había dicho, David solí decirle todo a su padre y este era muy amigo del mío.
-Bueno, sí- dije rascandome la nuca nerviosamente, él no pareció dar indicios de querer retarme, al contrario, sonrió y me puso la mano en el hombro.
-Suerte con eso- dijo burlonamente.

Miré a Josh, dormir plásidamente con una expreción de angel cansado y desprotegido, puse mi mano en su hombro pasandolo por detrás de su cuello para afirmarla y acomodarla mejor, estaba cálida y su olor era ácido pero agradable. Le demostraría a mi padre que mi rquipo ganaría, pues Josh aprendería rápido, de eso estaba seguro.



Un suave remezón me despertó, abrí con peresa mis ojos y noté que el brazo de Leo estaba en mi hombro y que mi cabeza estaba apoyada en su cuello, abri los ojos y reaccioné rápidamente enderezandome, confundida y con la sangre subiendome a las mejillas miré cono Leo sonreía.
-Perdón si te asusté, es que ya estamos por llegar- dijo sonriente.
-Ah...-me había quedado sin palabras, ¿en que momento había terminado en esa pocisión? Esperaba que nadie nos hubiera visto, pues eso si que era vergonsozo. Miré de reojo la camisa de Leo, almenos no estaba baboceada, ¡ Por suerte mis glandulas no decidieron sobresalivar mientras dormía!
-¿Cómo estubo el sueño?- preguntó inocentemente.
-Reconfortante- dije automáticamente- ¿Te aburriste mucho?-
-No, el paisaje era muy interesante- dijo con una extraña sonrisa, supongo que lo era.El bus se detubo y todos se pusieron de pié, me desperecé en el asiento y esperé a que todos salieran del pasillo para poder salir. Mientras pasaba la gente logré ver a Helena hechando chispas por los ojos al mirarme. Sentí la mano de Leo en mi cabeza, me giré rápidamente.
-Tenías un mechón fuera de lugar- dijo inocente y volvió a peinarlo- Listo-
-Gracias...-dije atónita, luego nos paramos y bajamos a buscar nuestros bolsos, aquí venía el mal asunto, compartía cabaña con Helena, elegí la habitación más alejada de todas y al salir de ella se me crusó Helena con sus manos en su cintura y con aspecto desafiante.
-¿Qué te crees extrangera?- dijo agrecibamente.
-Me creo una estudiante de paseo- dije sin mucho interes y me dispuse a esquibarla cuando el resto de su orda de Barbies me bloquearon el paso, suspiré irritada.
-Muy graciosa, pero te lo advierto rara, tú no me vas a quitar a Leo, él es de mí propiedad, el es mí chico- dijo mientras me apuntaba con el indice. Eso si me irritaba.
-Escucha Helena, yo no tengo deseos de pelear ni ahora ni aquí ni nunca, además que yo sepa Leo no tiene dueña, es más ni siquiera es una mascota como para que lo trates así.-dije lo más calmada y seria que mi profecionalismo me dejaba y me di vuelta para salir por mi pieza, pero alguien tiró bruscamente de mi cola de caballo, fingí perder el equilibrio y caer al piso, pues debía guardar apariencias.-Helena sueltame!!-grité.
-NO lo haré, hasta que te alejes de Leo!- gritó idiotamente, los gritos llamarían la atención de los cercanos y así lo hicieron, David fue el primero en asomar por la ventana y al notar la escena le gritó al resto y entró para tomar la mano de Helena y obligarle a soltarme, luego me ayudó a pararme.
-Claro! ese es tu plan, ser la ramera de los chicos ¿no?- gritó Helena, eso si que no me gustó en nada, pero sabía que no debía iniciar una pelea.Me quedé en silencio, mirandola con sumo odio y disgusto mientras apretaba mis puños para evitar golpearla, o matarla por accidente.
-Qué estas diciendo Helena?!- gritó Andrés entrando exaltado y colérico.
-Ves?! Era obvio, ramera!- me gritó Helena, Andrés iba a responderle, pero le tomé del codo y negué con la cabeza. me acerqué a Helena la miré a los ojos y con la voz mas tranquila y seria que pude sacar a flote le hablé.
-Helena, si tanto te molesta verme rodeada de buenos amigos, los cuales te hacen falta, pues me alejaré de ellos. Quizas me sienta igual de sola como tú te sientes y podrías odiarme menos o quizas odierme con una buena razón.- le dije sin pestañear, sin mover ningun músculo más que los del rostro, ella me dió una cachetada, sonora y llena de eco en la habitación. No me moví, pues interiormente supe que estaba en lo cierto. Nadie movió un músculo, esperando mi reacción, la volví a mirar y le sonreí. Luego me di vuelta y caminé hacia mi habitación saltando por la ventana.Dejando atrás un enorme bullicio.
Recorrí la estancia y ví una pileta, la mejilla me ardía por el palmazo por lo que apliqué el frío elixir por mi mejilla y me senté en la banca de concreto cercana a esta, tal y como le dije a la Poly pocket me iba a alejar de los chicos, en verdad me alejé de todos.
Al almuerzo en la sala comedor, me senté en el piso con mi plato y mi baso en una esquina, Helena me miraba triunfante, y los chicos me miraban y cuando les veía negaba con una sonrisa, estos supiraban con desacuerdo. Terminado el almuerzo mientras recorría la estancia sonó mi celular, en la pantalla decía "General Paredes" contesté rápidamente y al estar en el patio trasero de la estancia serca de una pequeña casita, subía agilmente y me acosté en el techo de esta para que nadie me viera.
-Capitan Hasse al habla-respondí lo suficiente mente fuerte para que él escuchase.
-Ya llegó a destino?- preguntó el General.
-Afirmativo, y sin inconvenientes-
-Perfecto, le quisiera informar de un repentino detalla Capitan- la voz del General era blanda y casi paternal.
-¿Qué sucede?- respondí con la misma informalidad.
-Verá mi hijo también está en ese viaje- abrí los ojos de par en par y me senté instintivamente.
-¿Qué?-
-Conoce a Leo Paredes-sentí como un nudo se me afianzaba en mi garganta. Oscea era evidente el lazo por el apellido, pero habían muchos Paredes en las guías telefonicas.-Capitan?-
-Ah... sí, señor yo...-mi mente no razonaba. Por el otro lado de la línea se oyó una risa.
-No se preocupe Joshua,- su tono era totalmente paternal- no quiero que se haga problemas con él, él no tiene idea de su estado, y si usted quiere decirselo no hay mayor problema, él es una persona digna en quien confiar Josh-
-Señor, no sé que decir, prometo no complicar la misión ni exponer a su hijo a ningún peligro-fue lo único que se me ocurrió , pero él volvió a reir.
-Joshua, se una adolecente normal de día, no te preocupes por eso, Leo sigue las normas al pie de la letras, sólo quería pedirte si podrías darle una paliza en eso de la guerra de balines- esta bien, eso no era lo que esperaba oir de una llamada directa y privada del General Paredes, el hombre más respetuoso que había conocido. Luego él se rió, y al encontrar al chiste tambien lo hice
-Lo siento mi general, pero he renunciado a esa guerra, pues tube problemas con algunas personas y quisiera evitar peleas- le informé, conversamos unos minutos más sobre la misión de la noche y me percaté de los nuevos detalles de esta. Terminado cortamos la comunicación y bajé del tejado de un salto.
-¿Qué hacías allá arriba?-conocía esa voz y "Hablando del rey de Roma" me voltié y lo miré seria. No quería más problemas, Helena me había dejado en claro que no quería que me acercace a Leo, y siendo el hijo de mi jefe le devía respeto.
-Pensaba- respondí, luego pasé por su lado sin mucha atención.Pero el me tomó del codo.
-Espera, como estas?-preguntó.
-Bien- respondí, él me giró y me abrasó. Qué la pasaba?
-Disculpa que Helena sea tan torpe, pero no tienes que dejarte gobernar por ella, sólo está celosa de no ser...- le tapé la boca y la apegué al la muralla de la casita, pues oí el tono de Helena y pasaba cerca de allí.
-Sube- le susurré, no puso objeción y subió al tejado, luego yo subí más rápido y le hice señas de que se quedara callado. Helena pasó con su orda de idiotas y cuando ya estaban a diez metros me relajé.
-Bueno que decías?-dije apaticamente.Luego lo miré, y no me gustó lo que vi, sus ojos me miraban facinados y espectantes, su mano estaba sobre la mia y estabamos muy cerca pues el tejado no era muy espacioso. Instintivamente me heché para atrpas pasandome del borde del techo, caí pero me alcancpe a tomar de una teja para no asotarme tan fuerte, luego esta se soltó y caí estrepitosamente al cesped.
-Joshua!- gritó Leo y bajó correctamente del techo y se acercó a mi. Cuando llegó yo ya estaba de pie y sólo tení un rasguño en el codo.- Estas bien?-
-Lo estoy- dije sin mayor importancia, mi corazón latía con fiereza y mi respiración era entrecortada.El me tomó en brazos, pues me pilló desprevenida.-Oye! sueltame!-
-NO, vamos a la enfermería a ver si estas realmente bien-
-Qué? NO, sueltame Leo!-jamás había ido a la enfermería por un rasguño en el codo, sólo me había dejado atender por los doctores de la organización cada vez que tenía unabala insertada en el cuerpo después de algun descuido en alguna misión. Que humillante para mi orgullo ir a la enfermería por una torpe caída.
-Mira yo jamás he ido a la enfermería a no ser por una bala incertada en mi cuerpo ¿bien?-dije mientras me safaba y me ponía de pie frente a él, le presenté mi herida en el codo- Y esto no es nada comparado con eso!- dije frunciendo el seño infantilemente.Él tomo mi codo y sonrió como si recien se ubiera convencido de algo me miró a los ojos mientrs acercaba si rostro a mi herida, me quedé helada frente a esa mirada, y él lamió mi herida. Lo quedé mirando atónita y aparté mi codo rápidamente, ruborizada y con los latido y respiración más agitados que antes.-¿Qué haces?!-
-Tenía mis sospechas...-dijo casi en un susurró mientras se me acercaba, yo por instinto retrocedía.
-Dé que hablas?-dije sin comprender nada.
-Hace cuantos años sirve a mi padre Agente Hasse-dijo con una traviesa sonrisa, bruscamente todas mis sencasiones se volvieron en las contrarias, la sangre se me bajó de golpe, mi respiración y latidos se detubieron por un momento para luego desvordarse de adrenalina.

1 comentario:

  1. uuuuuuH! me mato! XD hiba todo tan bien en el bus *-* luego Helena lo arruina todo, y que significa que Leo lamiera su herida???? =O waaaaaa Angelic porfavor sigue!! xD esta wenisimo!:B

    nos leemos luego! (;

    ResponderEliminar