martes, 31 de agosto de 2010

Orígen


Es sábado nuevamente y esta semana pasó sin imprevistos al menos en la escuela, pues Helena no había hecho más que mirarme feo. En cuento al trabajo tuvimos que allanar tres casas más y lo gramos dar con el patrono del tráfico de la zona costera, no fue fácil pero al menos lo logramos y mi equipo salió ileso tras el tiroteo. El teléfono suena.
-Joshua Hasse al habla- dije tras tomar el auricular, me tiré al confortante sillón de la sala de estar, y Titan, el nuevo perro que tuve que comprar para que me creyeran lo de la herida se me echó encima.
-Hija mía ¿cómo haz estado?- la dulce voz de mi madre en mi lengua natal sonó en mi oído.
-Madre! Que sorpresa, yo bien y tú?-
-Muy bien, hija.-luego su voz se tornó seria, ya me extrañaba el que me hubiera llamado y no enviado un correo- Tu padre... ha vuelto a escapar.-me levanté bruscamente tomando al cachorro antes para que no saliera volando y lo posé en el piso.
-¡¿Qué?! Espera, él estaba bajo resguardo 24 horas ¿cómo?- comencé a caminar nerviosa por todo mi departamento.
-NO sabemos como, pero el guardia estaba muerto para cuando nos dimos cuenta, Anne, esto no fue reciente, ya a pasado casi dos semanas, no quería decírtelo por que pensé que lograríamos atraparlo, pero le hemos perdido el rastro en la frontera boliviana.- lo dijo tan rápido que me demoré en reaccionar.-Anne, temo que va por ti-
-pues que venga! Tengo la pistola bien cargada como para recibirlo- dije con una molestia creciente.
-Anne, por favor. Sabes que se le quiere vivo-
-Corrección, tú lo quieres vivo. No será que tú lo liberaste?-
- ¿Cómo se te ocurre tal cosa?!-
-Da igual, entonces lo quieren vivo, pero no conciente, sólo vivo, hecho- dije rápidamente y corté. Al momento me guardé la pistola en el cinturón, ya no me la sacaría de encima. Titan empezó a mover la cola enérgicamente y me ladró, lo tomé en brazos y lo acaricié buscando tranquilizarme, atiné a tomar la correa y las llaves y salí del depto hacia la plaza.
El pequeño Titan era un cachorro mestizo de patitas y cuerpo rechoncho con pelaje negro y con una cola arqueada y peluda. Al ponerle la correa partió olfateando todo lo que se le cruzaba.

Mientras Joshua divagaba en su mente, buscando el por qué de todo. Su padre vendría por ella, eso estaba claro, cada vez que él lograba escapar su objetivo era ella, el viejo era un psicópata consumado que sólo deseaba matarla, según su antiguo protector él deseaba su muerte por celos, pues su madre tras tenerla enfocó gran parte de su cariño en ella y él, al quedar en segundo plano, deliró en celos. Finalmente su padre era uno de los tantos enfermos del corazón…

Los agudos ladridos de su cachorro la sacaron de sus penosos pensamientos pero lo que culminó con su salida fue el golpe que se dio de cara contra un poste. Se agarró la cara soltando la correa, al segundo el pequeño animal salió corriendo. Para cuando ella se dio cuenta el cachorro se dirigía directo a la calle.

Corrió lo más rápido que pudo pescando al perro en mitad de la calle, el bocinazo de un camión la advirtió y ella, tras su entrenamiento, logró esquivarlo con un salto y giro hacia atrás con tal magnitud que logró llegar de nuevo a la plaza, allí se dejó caer en la arenilla y miró al animal temblando en sus brazos, ella le acarició la cabeza con delicadeza.
-Tranquilo Titan, todo está bien…- decía la alemana con un tono dulce.
-JOSHUA- escuchó a coro tres voces conocidas, y un ladrido de perro grande, al girarse una lengua áspera le atacó el rostro y la bestia fue tirada hacia atrás por David, un san bernardo amistoso e hiperactivo.
-Estate quieto Arión- le ordenaba David. Al momento Eric y Leo le ayudaron a levantarse. Eric tomó al cachorro y Leo examinó con la mirada el cuerpo de ella, al sentirse perturbada por todo aquello se sonrojó y cruzó de brazos.
-¿Se te perdió algo, Leo?- dijo con cierto tono molesto, a lo que él la miró preocupado.
-¿Estás bien? Casi te atropella ese camión- urgió su amigo, justo en ese momento vio la masa de gente que la estaba mirando y se cohibió.
-Sí, lo estoy- entonces recordó el por que de todo aquello y maldijo al loco de su padre.
-¿Cómo hiciste ese salto?-preguntó atónito Eric.
-Qué sal…- al recordarlo se dio cuenta de que eso no debería demostrarlo frente a civiles, que definitivamente está fuera del promedio, y mecanizó una respuesta convincente- No iba a dejar que atropellaran a Titan, y menos a mi-
-Pues podría decir que eres casi un androide, corriste demasiado rápido y ese salto fue inhumano! ¿Cómo lo hiciste? ¿Así los entrenan en Alemania?-decía David, bastante emocionado.
- No, sólo practico un poco de gimnasia artística, ya saben, saltos, giros, agilidad- dije con tono avergonzado, luego tomé nuevamente a mi cachorro, quien se curioseó tras la presencia del san bernardo ajeno a lo sucedido, la inocencia de los niños…
Lo bajé y éste empezó a tirarse contra el más grande mordisqueándole las patas y tirándole la cola, a lo que él otro se echó al suelo dejándose.
-Pues eres una gran gimnasta Josh- dijo Eric bastante sorprendido. Me limité a sonreír.
-¿Cómo fue que se te escapó?- preguntó David
-Choqué contra un poste y lo solté- los tres me quedaron mirando.
-Por eso es esa marca roja- dijo Leo pasando su dedo índice por mi nariz, el tacto ardió e hice una mueca.- Te diste fuerte-
-Eso parece, pero bueno al menos alcancé a reaccionar a tiempo-dije mirando como Titan le jalaba las orejas a Arión.- ¿Qué hacen por aquí?-
-Yo sacaba a pasear a mi perro, y como es re fome salir solo me pesqué a estos dos- dijo David con una sonrisa- y tu?
-Lo mismo sólo que no rapté a nadie-
-jeje, y que tal, digamos… aparte de este incidente- dijo Eric
-Mmm… nada especial- mentí, al momento sonó mi celular. Al ver la pantalla me tensé “General Paredes”, hice un ademán de disculpa y me alejé un poco del grupo para contestar. –Capitán Hasse al habla, mi general- dije casi en un susurro.
-Señorita, venga de inmediato a la base, estará bajo resguardo, aquí le contaré las razones- dijo con voz seria y cansada.
-Con su debido respeto mi general, si es por el psicópata de mi padre, me las puedo apañar sola señor- dije un tanto irritada.
-Son órdenes de su mayor, la espero en 20 minutos, si no me veré obligado a enviar al personal correspondiente- suspiré pesadamente y contesté con voz tensa.
-Sí, señor- al momento corté y contuve toda la molestia contenida, todo por culpa de aquel enfermo que tenía por padre. Cuando logré disimular a voluntad, me giré y me acerqué al grupo.
-Lo siento chicos, he de irme-dije con una sonrisa y tomando a mi cachorro.
-Oh… ¿enserio? Anda quédate un poco más-dijo con cara de súplica David. Miré a Leo para que el menos él me entendiera.
-Lo siento, es que me llamaron del trabajo y debo estar en cinco minutos allá- la luz de la comprensión brilló en sus orbes y asintió con la cabeza.
-Bueno, que lástima, pero no queremos que te rete tu jefe- dijo Leo.- Anda, y cuídate- el doble mensaje de esa frase tan casual retumbó en mi cabeza y me hizo asentir.
-Ok, nos vemos- dije y partía a la carrera hacia mi departamento, como tenía las llaves de la moto en el bolsillo bajé de inmediato al subterráneo y encendí el motor y aseguré a Titan en la jaula pegada a la parte posterior de la moto. Partí rápidamente hacia el este.



-Identificación- dijo el guardia de puerta, saqué mi credencial del bolsillo mientras el guardia miraba curioso al cachorro que intentaba olfatearlo.
-Aquí está, Capitán Joshua Anne Hasse Werner- dije rápidamente. Él asintió con la cabeza.
-El general la está esperando- asentí con la cabeza y partí a la carrera nuevamente con el animal en brazos. Al llegar a la oficina subterránea, golpeé la puerta. Un ronco “Adelante” me permitió entrar.
-Mi General, ya estoy aquí- al cerrar la puerta dejé al perro en el piso quien corrió a una esquina y expresó su temor contenido en la carrera con una poza.- Mis disculpas, señor- dije algo avergonzada, éste se carcajeó y levantó de su asiento para tomar al pequeño animal.
-Lo comprendo, según tus compañeros estar en un vehículo a tu mando es como la cápsula de resistencia- la comparación era cierta, pues si me decían rápido, no dudaba en hacer quejar el motor.-Ahora, me alegro que hayas traído compañía, pues te quedarás en la base hasta que atrapemos a tu padre.-
Le quedé mirando, esperando que dijera algo como “Ja! Te la creíste” o “Al menos eso quisiéramos” o por último, y lo que más anhelaba “Tú comandarás el equipo para atrapar a tu padre”, esperó… esperó… el semblante del viejo no cambiaba de una seriedad característica… esperó… esperó… ella misma se golpeó el rostro con la mano en señal de frustración.
-¡¿Qué?!- el chillido hizo que el cachorro clamara molesto- Piensa dejarme alejada de mi única oportunidad de golpear el rostro de ese hombre, sólo por que yo soy su objetivo?!-
-No podemos perder a un agente tan bien valorado, además no fue sólo decisión mía, el consulado alemán también nos dio una afirmativa- dijo él con la misma seriedad de siempre mientras acariciaba el lomo del cachorro.
-No soy tan incompetente como para dejarme cazar por ese psicópata, me alisté en las fuerzas con el único propósito de auto protegerme y no depender de guardianes, y ustedes me vuelven a proteger! Esto no es más que un insulto hacia mi persona y mis años de oficio- lo culminé golpeando la mesa.
-No me sea insolente capitán, y créame que lo menos que queremos es insultarla, sino protegerla- dijo con dureza el general.
-Señor, no recuerdo habérselos pedido- dijo la chica ya casi roja de la rabia contenida.
-Limítese a acatar ordenes capitán- esa simple frase culminó con un portazo y una capitana enfadada corriendo hacia su oficina, dando otro sonoro portazo y un grito de frustración que hizo temer a los novatos.

1 comentario:

  1. AHH !!!!!
    q mal tener un padre q te quiere matar....viejo loco
    quiero el sgte cap!!!
    pasao a que estoy en el cole, en mate xd!!

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