jueves, 1 de julio de 2010

Trueque

Sinceramente no podía dormir y no era por el dolor del hombro ni por el del brazo, era por que estaba “durmiendo” en la misma habitación que su huésped. Lamentablemente al buscar el porqué de su nerviosismo encontraba una desagradable respuesta, Alan le había robado algo sin el más mínimo esfuerzo, ella cayó como una joven ilusa. Aquello la desconcertaba y enojaba, pues después de lo de su ex novio nunca más quiso saber de hombres, su amiga la invitaba a fiestas y le presentaba centenares de hombres, que no podía negarles su atractivo pero no le afectaban por más que la cortejaran, pero ese extraño, que encontró medio muerto y que pudo ayudarlo a curarse, es hombre de increíble atractivo, de ojos y aura misteriosa, y de una sonrisa inigualable le había robado esa poca cordura que tenía cada vez que estaba cerca de él. Se dio vuelta en la cama hacia la ventana y suspiro. ¿Cómo era posible tal cosa? ¿Cómo cayó tan fácilmente?
-¿Estás despierta?- Callie sintió todas sus terminaciones nerviosas tensas al escuchar su voz.
-Sí, no me puedo acomodar bien con el hombro- mintió se sentó en la cama y lo miró él también se había sentado- ¿y tú, te duele todavía el brazo?- ella lo vio vacilar mirándose el brazo sin yeso, pues él se lo había sacado, argumentando que le daba comezón.
-No, es que suelo estar despierto de noche, además la luna esta llena- Callie miró por la ventana notando la blanca esfera que resaltaba en el oscuro cielo nocturno.
-Te he contado bastante sobre mi y mi familia, pero no sé nada de ti-dijo con tranquilidad, notando que él apretaba la mandíbula y volvía a dudar.-¿En qué trabajas?-
-Yo no sé en que trabajas tú- apuntó él.
-Pues responde tú y luego te lo digo- una leve chispa de astucia brilló en los ojos de Callie.
-¿Jugaremos al trueque?-
-Parece una buena actividad, tomando en cuenta que ambos no podemos dormir- él sonrió y Callie se quedó sin aliento, le devolvió la sonrisa.
-Bien…- en los ojos de Alan volvió a asomar la duda, pero pareció llegar a una resolución- trabajo como guardia nocturno de un pub.- Callie notó que por aquello debían ser sus costumbres nocturnas, pero algo le decía que no era tan así aun que ¿por qué le mentiría a ella?.-¿tú?-
-Trabajo en la policía de investigaciones- Alan se volteó de golpe para mirarla, parecía sorprendido.
-¿Eres policía?- Callie asintió sintiendo calor con los ojos de Alan encima de ella, miró a la luna- de oficina – eso pareció más una aseveración que pregunta.
-¿por qué de oficina? Es muy aburrido y el papeleo es muy tedioso, la adrenalina del terreno es más gustoso para mi.- dijo con una sonrisa, él frunció el seño disgustado.- ¿Qué pasa? –
- ¿No es muy peligroso para ti?- aquello sonó tan despectivo que Callie comenzó a disgustarse.
- ¿Disculpa?- dijo indignada- ¿Acaso yo no te parezco “digna” o “apta” para hacer mi trabajo?-
-Es muy peligroso para ti-
-pues para tú información llevo tres años en este rubro y todavía no me vuelan la cabeza… creo que ya me bajó el sueño, adiós- bruscamente tomó las sabanas y se tumbó en la cama cubriéndose hasta la cabeza con las sábanas. Aquel movimiento le probocó un horrible dolor en el hombro, pero no se quejó.
Luego de un largo rato de silencio escuchó algo que no pudo distinguir y sintió como un lado de su cama se hundía y una mano tiraba de las sábanas para destaparle la cabeza. Debido al dolor del hombro no pudo resistir, pero no le miro, se quedó con los ojos cerrados simulando haberse dormido, por más estúpido que fuera.
-Quizás a tu hermano lo pudiste engañar, pero a mi no- dijo con una voz burlona, ella no se movió- Vamos… no fue mi intención hacerte enojar- dijo acariciando su mejilla con el dedo.
-¿Entonces cual fue tu intención?- dijo Callie con la ironía marcada en la frase. Abrió los ojos y dirigió su mirada a él haciendo que, accidentalmente, los dedos de Alan tocaran sus labios y ella se diera cuenta que él estaba muy cerca de ella nuevamente, quedando sin palabras ni aliento. Él miró sus labios con una expresión en sus ojos que Callie no pudo descifrar.
-Me preocupa de que te valla a pasar algo-el silencio inundó el momento él le acarició el labio inferior con el índice dejando en blanco sus pensamientos, él desvió su mirada hacia sus ojos y se le olvidó como respirar.
-¿Por qué te preocuparías por una desconocida?-dijo tomando aire bruscamente y girando la cabeza hacia la ventana. Él se alejó un poco y por alguna razón ella extrañó su calor.
-¿Seguimos con el trueque?- dijo con una sonrisa de diversión, ella sintió que el rubor asomaba en sus mejillas y esperara de que en la oscuridad él no lo notara- Pues la verdad es que la mayoría del tiempo no me preocupo por ningún extraño, pero tu te haz preocupado por mi, me haz curado y me has abierto las puertas de tu casa ¿ cómo podría no preocuparme por ti?- “Sólo es agradecimiento” pensó con decepción Callie, ella asintió lentamente con la cabeza.
-Entiendo, bueno ahora de verdad tengo sueño y también deberías dormir, mañana viene el médico y de seguro te va a retar por el brazo no enyesado- dijo con un intento de sonrisa.
-Bueno… Buenas noches- él se agachó y le dio un beso en la frente antes de levantarse e irse a su cama a dormir. Callie no pudo dormir esa noche.

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